Trabajamos en nuestras heridas
trabajamos en aquello que nos dolió,
en aquello que nos marcó.
Trabajamos de una manera y de otra,
creemos que lo hemos superado,
que hemos perdonado,
que lo hemos dejado atrás.
Y un día la vida nos sorprende,
nos sorprende con algo inesperado,
y nos damos cuenta que ahí está de nuevo.
El dolor,
a veces abrazado con la ilusión, con la alegría.
Pero es inconfundible.
La tristeza asoma de nuevo su rostro
y la sientes en cada parte de tu ser.
Tristeza.
Y dolor.
Y es cuando nos damos cuenta que
para realmente superar algo que nos rompió,
en ocasiones es necesario vivirlo otra vez,
volver a experimentar ese dolor,
volver a cruzar por el fuego,
verlo nuevamente cara a cara;
sin embargo ya no es como antes
ya no te domina, ya no te aprisiona
mucho menos te esclaviza;
ahora lo ves y sabes no te pertenece
y tú no le perteneces
no es parte de ti.
Pero lo vives,
lo sientes, lo respiras
para entonces dejarlo atrás
y te das cuenta no puedes hacerlo solo.
Hay puentes que tienen que cruzarse en compañía,
hay puentes que solo se crean en un abrazo,
hay abismos que solo pueden ser atravesados
con la fuerza del amor.
Y el tuyo no es suficiente,
se necesita el de alguien más,
alguien que esté dispuesto a acompañarte
y esté dispuesto a abrazarte
aún si no entiende del todo tu dolor,
no entiende y no sabe de tu pasado,
pero está dispuesto a abrazarte
y ese amor;
si aún con algo de ingenuidad
te da fuerza y te inspira,
te anima a continuar.
Es entonces que puedes caminar,
es entonces que puedes llegar a esos sitios
que no sabías estaban ahí,
conquistar esas colinas que no sabías
era necesario subir,
necesarias para continuar el trayecto,
el trayecto de la sanación,
de la plena libertad.
He ahí la magia,
la magia del amor,
la magia del compartir
de ser valiente una vez más
de mostrar tu corazón
y ahí cuando lo muestras te expones,
aquí llega de nuevo el dolor,
mas ya no para dominarte,
ya lo has conquistado
ya lo conoces,
sabes cómo continuar.
Y ahora una mano sostiene la tuya
unos brazos te reconfortan,
lo vas a lograr
lo vas a lograr.
La plena libertad
y la plena sanidad.
Todo con la fuerza del amor.
Sandy Mejía
...
Este escrito forma parte del podcast Los colores del corazón, el episodio 45. Titulado con el mismo nombre. Puedes escucharlo aquí.
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