¿Y si cambiamos el castigo por perdón? El juicio, por comprensión; la indiferencia por empatía, el olvido por deseos envueltos en sonrisas, la distancia por abrazos que nacen en el corazón, el miedo por coraje armado de valentía.
Si cambiamos el pretender por honestidad, el ocultar por liberar, el callar por hablar la música de nuestra alma; el tratar de ser otro, por comenzar a ser yo. Sin necesidad de pedir disculpas por ello. El evitar el dolor por mirarlo a los ojos y así, vivirlo a flor de piel Sentirlo tanto que es imposible dure para siempre. Sentir, hacer, dar, hablar, comprender, ser. Ser tú. Ser yo.
Ahí, creo es ahí donde el amor puede florecer y respirar por siempre. Comienza en nosotros, atreviéndonos a dejar libretos y pretensiones, a vivir realmente desde el corazón. Estoy segura, otros mundos nos esperan entonces.
Sandy Mejía
Yorumlar